Después de muchos meses de ajuste fiscal y futbolístico, el nivel de los jugadores se acercó a algo “no lamentable” y ameritó la vuelta de las crónicas. Ahora serán más flacas, más pobres y más libres. Como todos los argentinos de bien.
Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido? Si un partido se juega y no hay crónica ¿Se ha jugado el partido? La respuesta siempre es No. Por eso volvimos a editar esta sagrada escritura, que será recogida por los buscadores de la verdad y enarbolada en una religión pagana que los humanos adorarán durante los siglos de los siglos, la religión del Fulbo.
Con el armado de los equipos a mano del “Papi” D’Agostino, intervenido por la Sagrada Inquisición Comisión Fiscalizadora, estos optimistas de la vida, que han sabido jugar con 40° en Enero, temperaturas bajo cero en los crudos inviernos porteños y hasta han llegado a desafiar un Alerta Rojo del Servicio Meteorológico Nacional, volvieron a darse cita en la ya mítica Cancha 6 de Solís Cano, nuestro propio Maracaná.
El partido comenzó tarde, como ya es habitual, aunque esta vez no fue culpa del “Dromedario” Alexander (todo un mérito, seguí así campeón), sino del querido “Pintita” Delicia, que ayer se enteró que vive cerca de la cancha de Boca ¿Quién hubiera pensado que iba a haber más tránsito en la zona? si tan sólo vive allí desde que nació.
Pero volvamos al verde césped, donde los “Ojitos Claros FC”: liderados por Joaquín, alias “Beltran” y el “Peke” Anido, comenzaron a desplegar pornográficos niveles de fútbol, goles de las más variadas facturas (sobran carbohidratos), triangulaciones, toques, centros milimétricos al área chica, todo lo que la gente quiere. Con la conducción de Mati “Pase con Triangulo” Almazare, los goles de “Pintita” Delicia y el esfuerzo de “Dromedario” Sala, “Ojitos Claros” se pusieron al frente por 4 o 5 goles, atentos a esta imprecisión que luego será materia de polémica.
Por su parte, los jugadores del “C. A. Pasados de Rosca”, se miraban pasmados ante tamaño baile y se recriminaban entre sí, hasta incluso “Pachorra” Cantineau amenazó con abandonar la cancha a los 15 minutos, ofendido por la falta de compromiso de sus compañeros (y un poco para llegar temprano a ver el partido de Boca contra el poderoso conjunto de mineros borrachos de Potosí), lo que sirvió de cachetazo para despertar y ponerse de nuevo en juego.
Con el empuje de “Pachorra”, los tiros potentes del “Papi” D’Agostino, las impredecibles piernas de “Fastidio” PeNNaca, los cortes providenciales de “Lentes” Fatala, y sobre todo con las gambetas de “Catarro” Carreira (quien sorprendentemente juega mejor con fiebre y mocos que en condiciones normales), se aprestaron a una remontada que rozó la hazaña (o gallineada lamentable del rival).
Aprovechando la confusión de “Ojitos Claros”, los avivados tramposos “Pasados de Rosca” primeriaron al tablero que contabilizaba el marcador y contaron doble la joya que el “Papi” clavó desde el banderín del córner: golazo olímpico para llenarse la boca de gol y enterrar en lo más profundo la cortesía deportiva.
Con el resultado ya emparejado, y con minutos por disputarse, ambos combinados mermaron sensiblemente sus prestaciones físicas y futbolísticas. Lo que siguió fue un sinfín de cagadas errores con los cuales cada equipo hizo lo humanamente posible para que su rival se lleve el partido. Tan nobles fueron que ninguno resigno ser menos malo que el otro. Pacto de caballeros.
Parrafo aparte para el último gol que decretó el empate la victoria de “Pasados de Rosca”, cuando un furioso “Peke” salió en la búsqueda de “Catarro” Carreira, quien practicaba sus famosos malabares sobre la banda y en un pase de magia le tiró un bellísimo (y tal vez involuntario) caño para pintarle la cara, tirar un centro atrás y dejar sólo a “Fastidio” PenaCCa para que se la empujara para adentro, como anoche. Épico.
Con el correr de los minutos todo era sospecha sobre cúal era en realidad el resultado, pero todo se profundizó cuando el botón muchachos de la canchita llegó para dar el pitazo final. “Horaaaaaa” grito impunemente. “Gol gana” aclaró “Fastidio” PeNaCa, ostentando su honestidad.
“Ganamos nosotros” decretó el “Catarro”, pisoteando en un microsegundo la dignidad y Fair Play de “Fastidio”. La virtual derrota se hizo carne en los jugadores de “Ojitos Claros” que, sin más, se tiraron al piso y se arrodillaron simulando estar recuperando el aire impotentes ante la pecheada legendaria partido que acababa de escaparse de sus manos. Juraron venganza revancha.
El generosamente llamado futbol de los miércoles no para y promete muchas más humillaciones noches de galera, bastón (y guante blanco).
Puntajes individuales
Ojitos Claros FC
“Pase con Triángulo” Almazare (8)
“Peke” Anido (7)
“Dromedario” Sala (7)
“Pintita” Delicia (7)
“Beltran” (7)
C. A. Pasados de Rosca
“Pachorra” Cantineau (6)
Fastidio” PPeNNaCCa (7)
“Lentes” Fatala (7)
“Catarro” Carreira (7)
Papi” D’Agostino (6)
Premios
Premio Maradona: Mati “Pase con Triángulo” Almazare. Goleador, asistidor y golero. Todo en un mismo futbolista. Dinámico, polifuncional e incasable. ACLARACIÓN: Este cronista objetivo no basa en absoluto su opinión en el inminente asadito para la banda que la figura destacadísima de este partido organizará en su flamante hogar. Gracias por tanto y perdón por tan poco!
Premio Chenemigo: Mikha Carreira. Encargado de llevar la cuenta en el marcador…Cómplice de su padre a la hora de obviar contarle algún que otro gol al equipo rival. De tal Palo, tal astilla, De padres cantores, hijos jilgueros, Hijo e´ Tigre nomás!
Premio Terminator: “Papi” D’Agostino. En una contra letal, que puso a “Pintita” mano a mano con el arquero de C. A. Pasados de Rosca, el “Papi” D’Agostino hizo justicia por pie propio y se llevó el tobillo del delantero de “Ojitos Claros” para decorar su mesita de luz. Dentro de la cancha no hay amigos.
Premio Ghandi: El “Peke” Anido. Una vez más haciendo honor a su espíritu deportivo. A pesar de las gambetas, caños, paredes y sobradas de sus rivales se mantiene estoico en su afán de dar el buen ejemplo a las generaciones venideras. No cambies nunca capitán.
Premio Puskás: Papichulo” D’Agostino. Esta vez no hay discusión posible. Desde la más absoluta inconciencia confianza, estando de 3 2 goles abajo, e importándole absolutamente nada los movimientos de desmarcación de sus compañeros, el “Papi” se paró con displicencia en el banderín del corner y apuntó a la cabeza del arquero rival, con tanta culo fortuna que el criminal remate se clavó en el ángulo, dejando estúpidos atónicos a todos los players. El egoísmo garpa.
Premio Yashin: “Lentes Locos” Fatala. Aplomo, seguridad, dueño del aire Y del reflejo De la luna sobre el agua área fue pilar para la remontada de su equipo. Imaginen como hubiera atajado si pudiera ver la pelota!
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